Enseñanza 4
“27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas
tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? /
28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los
confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su
entendimiento no hay quien lo alcance. / 29 El da esfuerzo al cansado, y
multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. / 30 Los muchachos se fatigan
y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; / 31 pero los que esperan a Jehová
tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se
cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:27-30)
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águila es el ave que más alto vuela, se arroja veloz sobre su presa y pone su
nido a gran altura. Así como el águila, Dios
nos protege, alimenta, anima y enseña a volar muy alto. Dice la Biblia que Él es
“Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende
sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas” (Deuteronomio 32:11)
Algunos
de los seres celestiales que vieron el profeta Ezequiel y el apóstol Juan en
sus visiones apocalípticas, tenían rostros de águila, simbolizando su espiritualidad,
dada la altura del vuelo de esta ave como su intrepidez.
El
salmista hace mención de la transformación que vive esta ave: “El que sacia de bien tu boca De modo que te
rejuvenezcas como el águila.”
(Salmos 103:5). Es una lección muy
importante que nos da el Señor en el ejemplo de esta gran ave rapaz. El águila
es la que vive más tiempo de todas las de su especie, 70 años. Para lograrlo, a
los 40 años sufre un proceso de cambio, debiendo tomar una decisión seria y
difícil. A esa edad sus uñas se han vuelto apretadas y demasiado flexibles para
agarrar y sostener una presa; el pico largo y puntiagudo apunta a su pecho, no
permitiéndole cazar para alimentarse; además sus alas envejecidas se tornan
pesadas con gruesas plumas y se le dificulta mucho volar.
Frente
a ello tiene sólo dos alternativas: morir de hambre o enfrentarse a un doloroso
proceso de renovación que durará 150 días. Tal proceso consiste en volar hacia
lo más alto de la montaña y permanecer en un nido cercano a un paredón, donde
no necesite volar. En ese lugar el ave comenzará a golpear su pico en la roca
hasta arrancárselo. Luego esperará el crecimiento de un nuevo pico y cuando
esto suceda, se desprenderá una a una sus uñas. Cuando estas comiencen a
desarrollarse se arrancará una a una sus viejas plumas. Tras 5 meses muy duros,
reiniciará el águila, valiente y recia, su vuelo de renovación y vivirá 30 años
más.
Frente
a las adversidades de la vida y a nuestro propio cansancio; frente a nuestras
deficiencias y desgaste, necesitamos ser como las águilas. Las enseñanzas de la
Palabra de Dios, los inspirados consejos de pastores y tutores, los talleres de
desarrollo espiritual, en fin la oración y la meditación, guiada siempre por el
Espíritu Santo, nos capacitan para fortalecernos y cumplir la misión de vida: “los que esperan a Jehová tendrán nuevas
fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán.”